Bienvenido a la reflexión sobre historia, los movimientos sociales y la utopía.






Encontrarás en este blog, material de investigación, divulgación y reflexión sobre la historia social y las luchas que construyen y transforman este mundo por algo mejor, más justo y libre.


Textos inéditos, piratas, o muy leídos, videos, cortos y cine, que contribuyen a guardar, exponer y promover el libre pensamiento, la reflexión y la pasión por la libertad, la justicia social, la alegria y el buen vivir. KLIMT

martes, 5 de julio de 2011

Qué es la Autogestión


Infinidad de veces hemos leído el lema de nuestra organización “Por la Autogestión de la Clase Trabajadora pero… ¿realmente comprendemos su significado? Nuestro lema tiene un valor histórico importantísimo pero su vigencia también lo es, pues representa la lucha por nuestra liberación y por una sociedad libre e igualitaria. La realización de este material de formación es parte de los acuerdos tomados durante el Primer Encuentro de Jóvenes del FAT.  Con esto la intención es despejar dudas sobre su significado y fortalecer nuestra organización con la práctica autogestionaria. Que la lectura les sea agradable y provechosa. Salud!



Autogestión es sinónimo de auto-organización, es decir que l@s involucrad@s construyan y manejen su propia organización; así, organización significa poner en practica la cooperación y la solidaridad en cualquier grupo de personas que tengan un fin que alcanzar. La autogestión busca la eliminación de todo organismo jerarquizado y separado de la sociedad, cuya  función básica sea el controlar y mandar (como el Estado).

Entendemos como Autogestión todas las opciones de auto-organización social y comunitaria, donde  la comunidad misma, ya sea sindical, cooperativa, campesina, jubilad@s, marginad@s y de cualquier otro sector social oprimido en nuestra sociedad, tome en sus propias manos la tarea de resolver sus necesidades y aspiraciones.

Las prácticas autogestionarias aparecen en la historia de la clase trabajadora en su lucha por liberarse de la explotación de la clase capitalista. Y en la búsqueda por una sociedad donde los medios de producción (fábricas, talleres, minas) de transporte (ferrocarriles, automóviles, etc) y de distribución (bodegas, centros de abastecimiento) estén al servicio y bajo el control de l@s mism@s trabajador@s. Podemos decir, entonces, que la Autogestión está en contradicción con el actual sistema capitalista, y su puesta en práctica se ubica en el marco de la lucha por una sociedad libre e igualitaria.


Como decíamos, el concepto de la Autogestión y su puesta en práctica no es nada nuevo ni irrealizable. Podemos encontrar múltiples experiencias autogestionarias a lo largo de la historia de la clase trabajadora.

Podemos encontrar su realización en los Consejos Obreros (soviets) al inicio de la Revolución Rusa de 1917. Luego en las colectividades libertarias hechas por la CNT durante la Revolución de 1936 en España; los Consejos Obreros de Turín, Italia, tras la Primera Guerra Mundial, entre otros. Pero en la actualidad, las comunidades zapatistas en Chiapas, y decenas de centros de trabajo en Argentina siguen autogestionados por sus propios trabajador@s. FASINPAT -que significa Fabrica Sin Patrones-, en Argentina, es el más claro ejemplo de la capacidad de los proletarios para administrar con éxito las fábricas, sin patrones ni directivos, claro.



La Autogestión implica una serie de principios prácticos que encierran el funcionamiento básico de una sociedad autogestionaria:



Democracia Directa: Son l@s interesad@s quienes toman las decisiones, sin delegar en intermediari@s la responsabilidad de decidir sobre sus propios asuntos, sin ceder en otras personas la facultad de pensar, decidir y actuar sobre cuestiones que solo l@s interesad@s conocen.

Inclusive el papel de delegado o comisionado es, pues, el de un mero portavoz o “mandadero”, ya que el mandato de la asamblea o el congreso, que lleva el/la delegad@ o comisionad@, es solo lo que la palabra significa: un encargo, una comisión, además de que se trata de un mandato preciso y determinado, que el/la no puede ampliar, restringir  o modificar.

Por lo tanto la asamblea o el congreso (instancias de decisión colectiva), no cede su poder a una entidad separada y jerarquizada, a una autoridad, sino que solo encomienda tareas especiales como coordinar alguna actividad, o  mantener relaciones con grupos, colectivos u organizaciones afines, o  hacer operativos algunos encargos de la asamblea o el congreso; inclusive  pueden encargarse como mandato de las tareas cotidianas operativas de la organización.

El carácter de delegad@ o comisionad@ es absolutamente temporal y revocable en cualquier momento por parte del grupo, la comunidad, la organización (sindicato, cooperativa  y otras) o el congreso, la rotación de tareas también es fundamental ya que ayuda en el proceso formativo de los miembros de las agrupaciones y prepara a todos para las distintas tareas de la organización evitando así la especialización de unas pocas personas en tareas que son de tod@s. Si nadie trabaja por ti, que nadie decida por ti.



Acción Directa: es la puesta en práctica de los acuerdos que se toman en la asamblea. Es  la ejecución de los encargos de manera directa por l@s propi@s interesad@s, acción individual, acción colectiva, la respuesta en nuestras propias manos. Dicho  de otro modo: si  son l@s interesad@s mism@s quienes toman sus propias decisiones, de igual modo deben gestionar sus propios acuerdos, es decir,  sin intermediari@s.



Apoyo mutuo: trabajar en equipo (cooperar), apoyarnos entre tod@s, es  decir poner en práctica la solidaridad y el apoyo mutuo organizándonos para la resistencia y la lucha; desarrollando  el concepto de solidaridad como principio ético de funcionamiento en todas las instancias en las que participemos y asesoremos; empezando por nosotr@s mism@s.



Extensión: El crecimiento en nuestra práctica cotidiana de estos principios autogestionarios tanto en la comunidad, extendiendo nuestra influencia tanto sectorial como por regiones, así como la aplicación de estos principios en nuestra intimidad (ser congruentes entre el decir y el hacer); No podemos manejar la Autogestión en el sindicato o en la cooperativa y ser unos tiranos e intolerantes en la intimidad, con la familia, con amig@s o compañer@s de la organización.



Formación: El estudio y la actualización permanente nos permitirán manejar un mayor número de alternativas a valorar en la toma de decisiones.



Estos principios básicos de la práctica autogestionaria, que adaptados a las circunstancias particulares de cada caso, son aplicables en cualquier instancia organizativa, desde el pequeño grupo sindical, la cooperativa, el barrio, la comunidad, el pueblo y la sociedad misma; Ninguno es prioritario sobre los demás, no son sacrificables unos en función de otros, son cinco y se toman juntos.



Ser libre no es depositar cada cuatro años una papeleta electoral en las urnas, ni escuchar pasivamente durante ese largo plazo los discursos de los políticos de turno dentro. Ser libre significa tener la posibilidad de intervenir de manera permanente y normativa en las decisiones de la comunidad en que uno vive, en el sindicato, en la cooperativa y/o en la escuela. Eso es ser libre, eso es Autogestión.



No dejes de visitar nuestras páginas en internet:

militanciafat.jimdo.com

fatmty.wordpress.com

fatmexico.org



FRENTE AUTÉNTICO DEL TRABAJO

“Por la Autogestión de la Clase Trabajadora

JULIO DE 2011

Nosferatu, Sinfonía del Terror (1922); director F.W. Murnau






































Nosferatu, Sinfonía del Terror, dirigida por F. W. Murnau (1922)
RESEÑA
 (Hombre Lobo)*

El género de terror es (como saben todos) tan antiguo como el cine, y ya las primeras películas que se proyectaron en aquel artilugio de finales del siglo XIX buscaban despertar el miedo en el espectador. El expresionismo alemán trajo sin duda grandes obras como El gabinete del Dr. Caligari (1919) o El golem (1921), pero la primera gran cinta de terror no llegaría hasta el año 1922, cuando F.W. Murnau, director que ya entonces era considerado un genio en su Alemania natal, estrenara Nosferatu (1922), una de las mayores obras del cine mudo y la primera gran película de vampiros en toda regla.
Tan famosa como la película es la historia que la rodea: es de conocimiento general que Nosferatu es una adaptación velada de Drácula, la famosa novela de Bram Stoker, pero Murnau no pudo conseguir que la viuda del escritor irlandés le cediera los derechos de adaptación (en aquella época, el cine era considerado por muchos un arte menor, y una adaptación al teatro era la máxima aspiración de cualquier libro "respetable"), por lo que se escribió el guión cambiando ligeramente la trama y sustituyendo los nombres de los personajes principales. Así tenemos la historia de un joven empleado de bienes raíces llamado Hutter, que viaja desde Bremen hasta Checoslovaquia hasta el castillo del misterioso conde Orlock, quien compra unas propiedades en la ciudad natal de Hutter con intenciones bastante siniestras. En realidad, el conde es un vampiro que trae consigo la muerte y la peste a la ciudad, devorando a sus indefensas víctimas y poniendo su ojo en la joven y bella esposa de Hutter, Helen.
Lo que hace diferente a Nosferatu de todas las demás películas de su época es la magnífica atmósfera que Murnau logra recrear con un mínimo de recursos. Cada plano, cada imagen de esta película es un asalto directo al espectador, obligándole a regodearse en ese ambiente malsano en el que se va convirtiendo toda la comunidad, asediada por el ataque de este monstruo que es como un cáncer venido de tierras lejanas a irrumpir la paz de sus habitantes. Además, a diferencia de las posteriores adaptaciones de Drácula (con Bela Lugosi y Christopher Lee a la cabeza) el vampiro no es visto como una criatura seductora, sino como un adefesio espantoso, una criatura salida directamente de una pesadilla. Esta estética generaría toda una serie de seguidores, entre los que se cuenta por supuesto la versión de Werner Herzog, a la vez remake y tributo de la cinta de Murnau. El ambiente y los recursos terroríficos de la película han sido imitados y referenciados hasta el cansancio, convirtiéndola en todo un referente cultura, homenajeado a la perfección en la que para mí es una de las mayores obras maestras de lo que llevamos de siglo: la menospreciada cinta de E. Elisas Merhige La sombra del vampiro (2000).
Eso sí, no hay que engañarse: tras más de ochenta años de su estreno es lógico darse cuenta de cómo han cambiado los valores estéticos y narrativos del cine, y para aquellos que nos hemos acostumbrado a una narrativa y a un ritmo de cierto tipo es inevitable que Nosferatu nos parezca una película difícil para el paladar cinéfago medio. Hay que señalar entonces que su principal valor hoy en día es histórico, una curiosidad cinéfila que todo gran aficionado al género de terror debería sentirse obligado a experimentar.
*
http://horasdeoscuridad.blogspot.com/2006/11/resea-nosferatu-1922.html